Para hablar de la dislexia, es obligatorio plantearnos qué es la lectura.
¿Qué es la lectura?
La lectura es la actividad, recientemente adquirida por el ser humano, que hace que pueda descifrar unos códigos y así poder acceder a una información. Normalmente estos códigos son letras, pero también existe la lectura Braille que va a través del tacto.Hoy en día, tenemos datos suficientes que correlacionan el dominio de la lectura con el éxito académico. Por lo tanto, casi todo el mundo estará de acuerdo que el aprendizaje de la lectura es muy importante en el desempeño académico.
¿Cuáles son las definiciones que podemos encontrar sobre la lectura?
Otros autores como Braille lo definen como el proceso mediante el cual se traducen determinados símbolos para su entendimiento. Se puede optar por códigos de tipo visual, auditivo e incluso táctil.
Del lenguaje escrito, podemos afirmar que es de reciente adquisición (data de 5000 a.c).
Pero como ya sabemos, no toda la población estuvo expuesta a aprender la escritura, solo eran unos pocos los que sabían leer y escribir en aquellos tiempos.
El dominio de la cultura escrita constituye uno de los objetivos fundamentales del proceso educativo.
A lo largo de la historia la escritura ha sido un fenómeno cada vez más progresivo y democrático y precisamente el hecho de su extensión a toda la población ha ido poniendo de manifiesto problemas de distinta naturaleza y calado: sociales, educativos y personales.
El dominio de esta tecnología ha estado siempre unido al progreso económico, social y cultural de las sociedades, pero sobre todo de los individuos. Tener la capacidad de leer y escribir ha sido una fuente de poder en sus orígenes, era un fenómeno tan minoritario como valorado, los que conocían la escritura, muy pocos, se consideraban privilegiados y normalmente estaban cerca del poder civil y religioso.
¿Cuáles son las primeras descripciones de lo que hoy en día se denomina dislexia?
La primera reflexión que tenemos data de 1985: del autor Hinshelwood hizo una publicación en el “The Lancent”, y la definió como memoria visual y ceguera para las palabras. Este autor, hizo una primera descripción y luego al año siguiente otro autor Morgan, hizo la descripción de un chico de 14 años con unas capacidades cognitivas normales, pero que tenía muchísimas dificultades para adquirir la lectura.
A este chico se le dijo que tenía lo que se conoce como una ceguera congénita para las palabras.
Y más adelante Hinshelwood (1907), también describía 4 casos más con el mismo perfil que había descrito Morgan.
Posteriormente otros autores han ido haciendo más descripciones de personas que les pasaba lo mismo y cada uno de ellos iba utilizando términos diferentes.
Por ejemplo, Orton (1937) utilizó el término “strephosymbolia”, y más o menos las descripciones de sus casos son muy parecidas a las anteriores.
Más adelante, en 1940-1950, se hablaba de que estas personas tenían una lesión cerebral, pero que con las herramientas de la época no se podía detectar esa lesión cerebral.
Posteriormente en 1980, ya no hablaban de lesión cerebral, sino de disfunción mínima cerebral. Que es el término que propusieron “Jhonson y Morasky” (minimal brain dysfunction).
A partir de aquí, en 1985 fue Albert
Galaburda, Chile (4 casos, 14-32 años).
Este autor lo que hizo fue publicar 4 casos y analizó el cerebro de 4 casos post mortem.
¿Qué observó Galaburda? Que eran personas que previamente habían tenido dificultades en la lectura y en los 4 casos observó unas heterotopias o una malformación cerebral en la corteza cerebral de los 4 casos, en unas regiones específicas, que él creía para poder leer.
Por lo tanto, sería el primer correlato anatómico de una malformación cerebral con la lectura.
Más adelante aparecieron otros autores:
1992 S. Shaywitz y col “dyslexia normal distribution of reading
ability”.
1993 Coltheart “Models of Reading aloud: dual route…”
1993 Castles y Coltheart “Varieties of developmental dyslexia”
Estos autores, vienen a decir que la dislexia, no es una categoría dicotómica (un sí o un no), Shaywitz y su equipo publicaron, que la habilidad de la lectura se distribuía en un continuum y había personas que eran más buenas lectoras y que se posicionaban en uno de los extremos y había otras personas que les costaba más y estaban en el otro extremo.
Pero no era una variable categórica de sí o no, sino que era un continuum.
Más adelante aparecen los modelos de la doble ruta, y que suponen las variantes de la dislexia del desarrollo.
En el 2000 aparecieron técnicas de neuroimagen y esto nos ha dado muchísima información de cómo funcionan los cerebros de una persona cuando están leyendo y de las personas que tienen dificultades en la lectura.
Lo que nos aportan estos estudios es que hay un correlato muy directo entre una actividad en una región o unas redes cerebrales que van ligadas a una conducta que es la lectura.
Y hay patrones normales cuando estamos leyendo y en las personas que tienen un trastorno de la lectura, el patrón de actividad es totalmente diferente.
Hoy en día, el termino más conocido por los especialistas es el término de la dislexia.
Desde un punto de vista educativo, las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) son dificultades significativas en la adquisición y uso de la capacidad de entender, hablar, leer, escribir, razonar o para las matemáticas, que interfieren significativamente en el rendimiento escolar y que no vienen determinadas por una discapacidad.
¿Dónde se recogen todos estos términos?
En principio, tenemos que irnos a buscar el manual diagnóstico de los trastornos mentales.
DSM5: TRASTORNO ESPECÍFICO DEL APRENDIZAJE
A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas, evidenciadas por la presencia de algunos síntomas, al menos durante 6 meses.
1. Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo.
2. Dificultad de comprender el significado de lo que se lee.
3. Dificultades ortográficas.
4. Dificultades con la expresión escrita.
5. Dificultades para dominar el sentido numérico, datos numéricos y el cálculo.
6. Dificultades para el razonamiento matemático.
B. Las aptitudes académicas afectadas están por debajo de lo esperado para la edad cronológica e interfieren significativamente con el rendimiento académico o laboral, o con actividades de la vida cotidiana, que se confirman con medidas (pruebas) estandarizadas individualmente y una evaluación clínica integral.
C. Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar, pero pueden no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas superan las capacidades limitadas del alumno.
D. Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio en el lenguaje de instrucción académica o directrices educativas inadecuadas.
En el DSMV, deja muy claro que las aptitudes académicas afectadas están por debajo de lo esperado para la edad cronológica e interfieren significativamente con el rendimiento académico o laboral, o con actividades de la vida cotidiana.
Todo ello debe estar objetivado con pruebas estandarizadas.
Estas dificultades de aprendizaje comienzan ya en la edad escolar, pero puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo del periodo de esa persona.
En principio, estas dificultades no se pueden explicar por ninguna discapacidad intelectual, ningún trastorno visual o auditivo, otros trastornos mentales o de conducta que puedan justificar este trastorno lector.
La búsqueda de una definición de las DAL o dislexia ha sido tradicionalmente objeto de debate y discusión. La definición adoptada recientemente por la International Dyslexia Association (2002), describe la dislexia como una:
Dificultad específica del aprendizaje cuyo origen es neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras, y por problemas de ortografía y de descodificación. Estas dificultades provienen de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que es inesperado en relación con otras habilidades cognitivas y condiciones instruccionales dadas en el aula. Las consecuencias o efectos secundarios se reflejan en problemas de comprensión y experiencia pobre con el lenguaje impreso que impiden el desarrollo del vocabulario.
PROGRAMAS ESPECÍFICOS, HERRAMIENTAS E INICIATIVAS
Actualmente, existe una evidencia empírica abrumadora de estudios que muestran la importancia de la conciencia fonológica en el proceso de alfabetización.
Por lo tanto, un buen método para aprender a leer es el método fonológico.
Es cierto que, si un niño no tiene dificultad en adquirir la lectura, podrá aprender por cualquier método, pero hoy sabemos y tenemos datos suficientes para poder decir que la enseñanza en habilidades fonológicas y de las relaciones entre letras y sonidos es la intervención más investigada y la única cuya eficacia ha sido confirmada estadísticamente.
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