EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH)


El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia y afecta al 5% de la población en edad escolar.

Este trastorno neurobiológico está provocando por un desequilibrio existente entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado. Esto provoca que los niños que lo padecen un nivel inapropiado de inatención, hiperactividad e impulsividad, que es incoherente con su nivel de desarrollo.

El TDAH provoca en el niño las siguientes alteraciones en su conducta:

Hiperactividad: manifiesta un mayor nivel de actividad, dada su edad, con dificultades para quedarse quieto.

Impulsividad: presenta dificultades para controlar sus respuestas conductas y emociones.

Inatención: tiene problemas para concentrarse y prestar atención a una misma tarea durante un período de tiempo.

Dependiendo de cuál de estos síntomas predomine en el niño con TDAH, se establecen tres subtipos del trastorno: Hiperactivo-impulsivo, Inatento o Combinado.

Muchas de estas conductas son habituales en la mayoría de los niños, por eso a la hora de identificar a un niño con TDAH se ha de tener en cuenta la cantidad e intensidad de los síntomas, así como su permanencia en el tiempo (más de 6 meses) y en diferentes situaciones y contextos sociales (casa, colegio, etc.)

Conociendo con detalle el trastorno, podremos diseñar un plan de intervención que se ajuste al alumno.
Sin olvidar lo importante que es realizar una práctica basada en evidencias, es por ello que explicaremos algunas de ellas.

Según Ripoll y basándonos en sus estudios de metaanálisis proponemos las siguientes prácticas:

“Gregory Fabiano y Kellina Pyle, de la Universidad de Búfalo, han publicado una interesante guía aportan datos sobre las dificultades del alumnado con TDAH y sobre cómo en sus programas individualizados raramente se encuentran (en Estados Unidos) intervenciones eficaces. Su propósito es conseguir que se empleen intervenciones eficaces, considerando distintas etapas escolares y niveles de intensidad en las intervenciones.


Educación Infantil

En esta etapa, las intervenciones mejor fundamentadas son las de soporte conductual, que se suelen concretar como programas de entrenamiento de padres. Existe poca investigación sobre intervenciones escolares. Esta indica que el enfoque conductual puede ser adecuado.

Educación Primaria

Esta es la etapa en la que los resultados de las intervenciones están mejor documentados. Se han encontrado efectos positivos en el manejo de contingencias en el aula, que incluyen intervenciones más intensas, como: hojas de registro diario, programas de puntos o fichas, tiempo fuera o refuerzo positivo. También hay intervenciones de menor intensidad, como: elogios concretos, órdenes eficaces o ignorar de forma planificada.
Otro tipo de intervención diferente, pero con buen respaldo científico, es el entrenamiento en habilidades de organización.


1.      Las hojas de registro diario:
Se han realizado algunas investigaciones sobre su eficacia, y las revisiones sobre tratamientos educativos del tdah (realizadas casi todas por el equipo del Center for Children & Families de Buffalo) mencionan la hoja de registro diario como una intervención útil, que forma parte de los tratamientos conductuales.

El primer paso para hacer la hoja es determinar qué comportamientos van a estar incluidos en ella, normalmente los que más problemas estén causando. Se recomienda elegir entre 3 y 5. A continuación hay que definir los comportamientos que se van a observar de forma que sean comprendidos por el alumno y por su familia, y que los profesores puedan observar y contar cuándo se cumplen y cuándo no.


Es necesario saber, aproximadamente, con qué frecuencia aparecen los comportamientos problemáticos. Una vez que se tiene una idea, se establece un criterio con el que se considere que el alumno podrá alcanzar su objetivo de comportamiento al menos el 80% de las veces.


Por ejemplo, si el objetivo es permanecer sentado en su puesto durante la clase, y sabemos que el alumno se levanta más de 7 veces en una sesión, podremos poner como criterio que para considerar que ha permanecido en su sitio el que no se haya levantado más de 6 veces. Como se ve en el ejemplo, el criterio se refiere al número de veces que un comportamiento se observa durante una clase. Es mejor hacerlo así que fijarse en las veces que se produce a lo largo del día, aunque eso no es una regla estricta.


Lo último antes de poner en marcha la intervención es establecer un sistema de recompensas. Como por ejemplo más tiempo haciendo su actividad favorita, una hora extra de ordenador, etc.

Para efectuar nuestro registro, utilizaremos plantillas como esta para todos los días de la semana.
Significando:
*S=Sí
*N=No
*NP=No pertinente






1. Los ejemplos recogidos en la tabla serían los siguientes:


-Estoy en silencio. Levanto la mano para hablar.

-Estoy atento a las explicaciones-
-Al entrar en clase, coloco las cosas y me siento en mi sitio.
-Observaciones especiales.

Siempre que sea posible se realizan las anotaciones con el alumno, felicitándole si ha alcanzado los objetivos. Si no alcanza los objetivos se adopta un tono de seriedad, pero sin enfadarse con él, reñirle o tratar de razonar con él.

2.La primera vez que realiza un comportamiento inadecuado como hablar sin permiso, mirar hacia otro sitio durante una explicación o no estar preparado cuando empieza la clase, se deja sobre su mesa (si es posible) la tarjeta amarilla.
3.La segunda vez se deja sobre la mesa la tarjeta roja.
4.La tercera vez se hace la anotación negativa en la hoja de registro.
5.Al acabar la clase se recogen las tarjetas y en la siguiente se vuelve a empezar desde cero.
6.Cuando en la clase se realizan actividades en las que no tienen sentido los objetivos (por ejemplo, no hay explicaciones o no se viene de otro sitio) se anota “No pertinente”.
7.En “observaciones especiales” se anotan hechos relevantes, tanto negativos como  positivos, que no se reflejan en los objetivos, o que ocurren fuera de la clase (en desplazamientos, en el patio, o en el comedor).
8.No se debe aprovechar el registro para reñir al alumno por lo que ha hecho mal en las clases anteriores, pero sí se puede utilizar para felicitarle por su buen comportamiento anterior.
9.El alumno se encarga de llevar el registro a las clases de música, educación física y  plástica, y dejárselo al profesor.
10.Al terminar la clase de plástica lleva el registro a casa.
11.El lunes trae el registro firmado por su familia.
Teniendo en cuenta las conductas conseguidas, estableceremos una serie de recompensas que se ajusten a las características del alumno”




La ECONOMÍA DE FICHAS: es un sistema de organización de contingencias externas dirigido a establecer un control estricto sobre un determinado ambiente, de forma que permita controlar las conductas de una persona, o un grupo de personas en dicho entorno. Para ello es fundamental establecer un control efectivo y exclusivo sobre los reforzadores que se emiten en dicho ambiente. Efectivo, porque se controlan todos los reforzadores que se emiten en dicho ambiente y exclusivo porque mediante la implantación de un reforzador generalizado con base material (denominado fichas) solo pueden ser entregados por las personas que aplican dicho programa. 

Por último, es imprescindible contar con reglas que especifiquen: 


a)      Qué conductas ganan fichas y cuántas fichas gana cada conducta.
b)      Qué conductas pierden fichas y cuántas pierden cada una.
c)      Por qué reforzadores se pueden cambiar las fichas y cuántas fichas cuesta cada reforzador.

Todas las puntuaciones vendrán acompañadas de apoyo visuales como fichas emulando rostros con diferentes emociones (enfado, indiferencia, sonriente, estrellas que aportan más puntuación):

Con una acumulación de 20 puntos, el alumno elegirá premio.

Por otro lado, entre las intervenciones educativas para el TDAH, la más reconocida ha sido el tratamiento conductual. Los programas de entrenamiento de padres, que algunos consideran como un tipo de intervención conductual, también son una práctica sólida, Además, cada vez hay más datos que indican que las intervenciones para la mejora de habilidades de organización son otra posibilidad sólidamente fundamentada para el tratamiento del TDAH.

En el área de organización de los materiales escolares, el terapeuta enseña a los estudiantes a organizar sus materiales con un sistema de carpetas y archivadores, y a ser capaces de preparar y organizar la cartera para ir de casa al colegio y viceversa. En el área de seguimiento y gestión de los deberes escolares, el terapeuta enseña a gestionar los deberes, tareas, proyectos y test en un planificador.


En el área de gestión de la planificación y del tiempo, se les enseña a dividir los proyectos y el tiempo necesario para el estudio de los exámenes en partes más pequeñas y manejables, y a que sean capaces de terminarlas a tiempo.



3.      Habilidades de planificación y organización
Un ECA evalúa la efectividad de un programa de intervención basado en habilidades de planificación y organización en la escuela, Homework, Or-ganization and Planning Skills (HOPS), frente a un grupo control de lista de espera en 47 estudiantes con TDAH entre 11 y 14 años. La intervención tiene un formato individual de 16 sesiones de 20 minutos en horario escolar, donde se cubren principalmente tres áreas de trabajo: organización de los materiales escolares, seguimiento y gestión de los deberes, y gestión de la planificación y del tiempo.

Para valorar la eficacia de la intervención en el funcionamiento organizativo se utiliza la escala Children’s Organizational Skills Scale (COSS) con la valoración de padres, madres y profesorado. Se mide antes de la intervención, inmediatamente post-intervención y posteriormente, en el seguimiento a 3 meses. Los participantes en el grupo de intervención mejoraron significativamente tanto en las acciones organizadas (d=0,88; IC95% 0,28 a 1,49), como planificación de tareas (d=1,05; IC95% 0,44 a 1,66) y gestión de los materiales (d=0,85; IC95% 0,25 a 1,45), en comparación con el grupo control, solamente según la valoración de los padres o madres.

BIBLIOGRAFÍA

Ripoll, J. C. (2018, 24 julio). Un blog sobre la educación de alumnado con tdah [blog]. Recuperado de Buenas prácticas: las mejores intervenciones escolares para el alumnado con TDAH

Andrada Aragonés, E. L. E. N. A. (s.f.). Guía de Práctica Clínica sobre las Intervenciones Terapéuticas en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) [GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS]. Recuperado de https://portal.guiasalud.es/wp-content/uploads/2018/12/GPC_574_TDAH_IACS_compl.pdf

Orientación educativa en La Rioja: orientacion.edurioja.org
Guía de actuación en la escuela ante el alumno con TDAH [Guía de actuación en la escuela ante el alumno con TDAH]. (2017). Recuperado de www.feaadah.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario